El abanico
No perdono al abanico
que se quedó la caricia de tus manos.
No perdono al abanico
que me robó tu aroma
lanzándolo al aire
en las tardes de verano.
No perdono a la vida
-que se llevó tanta vida-
y me robó cada beso,
la mirada de tus ojos,
la sonrisa de tus labios.
No perdono tu ausencia inevitable.
Y no perdono, porque te extraño.
(MariluzGH)
In memoriam. Te quiero mamá.
Debo añadir, con permiso de Mariluz, que yo también me uno a este bello recordatorio (yo, a mi madre). Un día, le regalé un abanico que compré en Almería. Lo que más me gustaba era como sonaba al abrir y cerrar; recuerdo con ternura cuántos años lo usó.
Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.Un abrazo a las dos,,,,
ResponderEliminarPrecioso y absolutamente real, normalmente, siempre recordamos pequeños detalles... ;-)
ResponderEliminarOh, Beatriz me ha emocionado profundamente... y esa canción de fondo, la voz de Rocío Jurado (que tanto le gustaba) me quedo sin palabras
ResponderEliminar¡¡GRACIAS!!
dos abrazos (y mi recuerdo a ambas madres)
Precioso recuerdo para las madres que ya no estan...y acompañado por la voz de la mas grande, es impresionante.un saludo
ResponderEliminarF.H