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viernes, 14 de enero de 2011

TE REGALO - Carlos - Del Blog "Una realidad poco hecha"




TE REGALO

Te regalo los nudos que atan las cuerdas de la red de soga desgastada con la que ya no salgo las noches de cuarto creciente a pescar Sirenas.
Te regalo mis palabras, las más dulces, las nacidas en el fondo de la garganta para ser en el oído susurradas. Mis silencios, esos que callan para cortar el aire frío de invierno que separa nuestros labios y formar un puente por el que andan de puntillas tus palabras y mis miradas.
Te regalo esa parte de mi corazón que es sólo tuya, para que con ella hagas lo que te plazca; tal vez estirarlo para fabricarte una cómoda hamaca, o envolverte en él y hacer un vestido ajustadito a las curvas de tu cuerpo, o para que, simplemente, lo guardes en ese cajón de buenos recuerdos olvidados en el que se almacenan los trastos viejos.
Te regalo la llama de mis ojos, tal vez tan sólo reflejo de la eterna hoguera incandescente de los tuyos.
Te regalo el tiempo de mis manos, dedos entrelazados. El olor de tu vientre y de tu pecho, el de detrás de tus oídos que en un bote de cristal antiguo tengo aquí guardados.
Y, te regalo también, un paseo descalzos por arena. Por los objetos intangibles que tengo almacenados en mi baúl de la memoria. El cristal de mi reflejo, el espejo azul de mi mirada. Un par de manzanas.
Te regalo los buenos momentos del pasado. Los primeros vinos. Los ojales desojados, las prendas que olvidaste debajo de mi cama, los corchetes desabrochados. Una hogaza de pan de centeno. Mi vieja chupa, escudo de desengaños. Un arañazo en tu espalda.
Te regalo antiguos almanaques con sus días pintados. El tiempo que se ha perdido, extraviado en viejas playas de arena de relojes atrasados. Un jersey de cuello alto. Te regalo, antes de que se rompan o pierdan o caigan, mis pulseras con su aroma. Mi primer reloj, ese que no se detiene nunca, para recordar que nunca se para el tiempo.
Te regalo las hojas amarillas de Otoños futuros, el sol de los veranos. Un ramillete de estrellas. Los estambres de las Rosas del jardín de mama. Ese lazo que no podrá aprehender el tiempo pero que podrá amarrar tu pelo.
Te regalo una litografía de Wassily Kandinsky, colores explotados como palabras sueltas que crean armonía desatada. Los poemas que no he escrito, las canciones que no he cantado.
Te regalo, en fin, mi esencia al fin y al cabo.


Carlos

http://unaderealidadpocohecha.blogspot.com/2010/11/te-regalo.html

1 comentario:

  1. No digo nada nuevo si digo que el léxico de Carlos es privilegiado. Escribe desde las tripas, transitando por su ágil mente y nos atrapa con esos mensajes ocultos que nos hace adivinar. El resto lo pones tú, como siempre, magistralmente.
    Besos.

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Beatriz Salas Escarpa