Fue de repente, sin esperarlo y se fue sin casi darnos cuenta, no había cumplido los 50... Nos queda la alegría de habernos podido despedir, en un día a día cargado de sentimientos y de esperanzas. Desde siempre fue tan amado que hiciera lo que hiciera era el niño mimado. Se fue tan pronto que aún no lo creemos y asoman las lágrimas cuando nos reunimos y nos falta. Notamos que no se aleja y sentimos su calor y bondad. Su alegría era su nietecito al que quiso dejar unas palabras que su madre guarda celosamente y que hoy me he permitido grabar.
A veces soy como el viento
que sopla fuerte y alocado
y se convierte en tempestad
pero cuando estoy a tu lado
ese viento alocado
se convierte en brisa suave y alegre
que siempre quisiera estar.
La alegria que me das cuando te veo
me hace olvidar lo alocado de ese viento
que me ahoga
y necesito respirar
la brisa que me das
siempre que te veo
te cojo en brazos y respiro fuerte
para poder vivir en paz.
A mi Manuel
Alfredo Casas Gumiel
A veces soy como el viento
que sopla fuerte y alocado
y se convierte en tempestad
pero cuando estoy a tu lado
ese viento alocado
se convierte en brisa suave y alegre
que siempre quisiera estar.
La alegria que me das cuando te veo
me hace olvidar lo alocado de ese viento
que me ahoga
y necesito respirar
la brisa que me das
siempre que te veo
te cojo en brazos y respiro fuerte
para poder vivir en paz.
A mi Manuel
Alfredo Casas Gumiel
Un millon de gracias por publicar esto,a quedado precioso y mi padre desde donde este estara super contento por ver algo suyo publicado.
ResponderEliminarLa verdad es que a uno se le hace un nudo en la garganta. Cuando has empezado a leer, con ese llanto de un niño chico de fondo, me ha evocado sensaciones muy tristes y cercanas.
ResponderEliminarUna maravilla
Besos
Es sencillamente precioso Y tu voz le da el toque mágico.
ResponderEliminarEntiendo que el autor ya no está entre nosotros, así que hablando desde mi fe: seguro que -desde el cielo- ha sonreído al escucharte recitar sus palabras, dedicadas a "su Manuel".
Un beso y un abrazo (por dos)
Alfredo era un ser especial, un amor de persona y una gran perdida para nuestra familia.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Un abrazo tierno.
Beatriz