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jueves, 10 de febrero de 2011

Alfredo Casas Gumiel - A mi Manuel

Fue de repente, sin esperarlo y se fue sin casi darnos cuenta, no había cumplido los 50...  Nos queda la alegría de habernos podido despedir, en un día a día cargado de sentimientos y de esperanzas. Desde siempre fue tan amado que hiciera lo que hiciera era el niño mimado. Se fue tan pronto que aún no lo creemos y asoman las lágrimas cuando nos reunimos y nos falta. Notamos que no se aleja y sentimos su calor y bondad. Su alegría era su nietecito al que quiso dejar unas palabras que su madre guarda celosamente y que hoy me he permitido grabar.




A veces soy como el viento
que sopla fuerte y alocado
y se convierte en tempestad

pero cuando estoy a tu lado
ese viento alocado
se convierte en brisa suave y alegre
que siempre quisiera estar.

La alegria que me das cuando te veo
me hace olvidar lo alocado de ese viento
que me ahoga
y necesito respirar
la brisa que me das

siempre que te veo
te cojo en brazos y respiro fuerte
para poder vivir en paz.

A mi Manuel

Alfredo Casas Gumiel


4 comentarios:

  1. Un millon de gracias por publicar esto,a quedado precioso y mi padre desde donde este estara super contento por ver algo suyo publicado.

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  2. La verdad es que a uno se le hace un nudo en la garganta. Cuando has empezado a leer, con ese llanto de un niño chico de fondo, me ha evocado sensaciones muy tristes y cercanas.
    Una maravilla
    Besos

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  3. Es sencillamente precioso Y tu voz le da el toque mágico.

    Entiendo que el autor ya no está entre nosotros, así que hablando desde mi fe: seguro que -desde el cielo- ha sonreído al escucharte recitar sus palabras, dedicadas a "su Manuel".

    Un beso y un abrazo (por dos)

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  4. Alfredo era un ser especial, un amor de persona y una gran perdida para nuestra familia.
    Gracias por vuestros comentarios.
    Un abrazo tierno.
    Beatriz

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Beatriz Salas Escarpa