Aquí puedes oír la grabación del poema mientras lo lees.
Amor urbano
By Sara Ruíz
Te ví en el metro Sta Lucía, subimos al mismo vagón. Nuestras miradas se cruzaron, nerviosa por saber quien eras y como besabas. Pareciamos adivinar nuestros pensamientos.
Si, bajamos en la misma estación. Subimos las escaleras y me tomaste la mano, nos besamos con pasión, anotaste tú número de teléfono en mi mano.
Te quise desde ese momento y nuestra impulsividad nos puso
allí, después de varias semanas de hablar por teléfono, en sesiones de
hasta 3 horas.
Quedamos de juntarnos en el metro, no llegaste. Casi te
amaba, trate de olvidarte. Pasaron los años, nuestras miradas se cruzaron
en un vagón del metro. Al bajar tomaste mi mano, diciéndome.-Aún te quiero, siente
los latidos de mi corazón pero ya mi corazón no latía por ti, latía por otro.
Escrito por Sara Ruíz
A veces no hay que dejar pasar las oportunidades!
ResponderEliminarMe ha gustado
Como siempre buenas entradas!
Un amor inconcluso. A veces estos amores parecen gigantes a la distancia porque no prosperan y dejan fantasías de lo que pudo ser y no fue.
ResponderEliminarAprovecho para invitarlas a:
"Mentiras cotidianas"
http://nidaeldore.blogspot.com
Tamally maak
Bueno, sería el destino...
ResponderEliminarAbrazos
A pesar de haberse vuelto a encontrar en el mismo sitio, ya habían perdido el tren... de las oportunidades.
ResponderEliminarPrecioso trabajos, queridas amigas. Un beso enormeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!
Qué bonito Beatriz, cierra mi noche con un moño de lujo.
ResponderEliminarBuen domingo, besos
Que lastima, dejaron pasar la oportunidad.
ResponderEliminarBello escrito Beatriz, el que nos compartes, Felicidades a ti y a la autora.
Un abrazo grande.
Como el convoy del metro, la vida nos pasa por nuestra estación y, tras el cierre de puertas será otro, en otra estación, quien tenga el acceso que hemos perdido. Preciosa entrada y preciosa conjunción de texto, música y voz.
ResponderEliminarMe ha encantado este micro-relato. Felicidades a las tres. Feliz domingo. Besossss.
ResponderEliminarEste microrelato me gusta mucho: tiene la virtud de hacer que el lector se involucre y acabe haciéndose preguntas. Buscando respuestas. Por qué no acudió a la cita, si fue algo voluntario, si algo interfirió haciéndolo imposible, si el miedo a algo más profundo y serio lo paralizó. Por qué siento que es como si se hubiera quedado contemplando el escaparate sin querer, sin poder, o sin atreverse a entrar... Preguntas sin respuesta que dejan al lector interactuar, imaginar, desarrollar, ampliar -íntimamente- la historia para explicar, para intentar amortiguar ese final que llega, que duele. Pobres corazones aquellos que laten y sufren a destiempo...
ResponderEliminarContaba alguna vez Facundo Cabral que, en una tarde mexicana, la escritora Laura Esquivel le dijo: "a la mesa y a la cama solo se llama una vez..."es decir, que si uno no aprovecha la oportunidad que se le presenta quizá la pierda para siempre, y, esto es justamente lo que le aconteció a aquél joven de este microrelato que me parece bueno.
ResponderEliminarComo siempre, tú, Beatriz, nos deleitas con tu hermosa voz.
Felicitaciones a Sara Ruiz, a ti Beatriz por tu voz y a Ruth por la musicalización.
EL AMOR Y SUS CONTRADICCIONES.
ResponderEliminarBESOS
Oh muchas gracias Beatriz por tu lectura, a Ruth por la musicalización y a todos los lectores de este blog que traspasa fronteras y une a los blogger- escritores. Un gran abrazo a todos.
ResponderEliminarEncantada de leer a una compatriota que conozco personalmente. Tu voz como siempre con la tonalidad precisa. Ruth impecable con la música, solo me queda felicitar a la escritora.
ResponderEliminarBesitos Beatriz.
Cuando vivía en ciudad de Buenos Aires para llegar al trabajo tomaba no el metro sino el bus. Mi viaje duraba unas dos horas, un viaje casi infinito para muchos pero breve para mí porque me la pasaba mirando la gente subir, bajar o simplemente estar. En más de una ocasión me enamoré e incluso me divagué inventándome un romancillo con algún pasajero con el que concidíamos horarios. Distinto medios de trasporte, bus y metro, en cualquiera de ellos se pueden tejer historias posibles o imposibles que se guardan en el recuerdo y se reviven en cualquier momento, a mi me pasó al leer tu relato. Me encantó, saludos!
ResponderEliminarBeatriz, hermosísima propuesta la de prestar tu voz a otras voces....
ResponderEliminarSi te interesa, te invito a un espacio en el que hay voces de mujeres construyendo cambios y abriendo caminos en el nuevo espacio público: internet...www.mujeresconstruyendo.com
Un abrazo grandísimo desde México,
Cuando se cruzan las miradas, aunque sea fugazmente, queda siempre esa dulce sensación de haber, de alguna manera, entrar en complicidad con esa persona, en este caso fueron muchos los vagones sin cruzar que vino el olvido, excelente poema y, como siempre cobra vida en la voz de Beatriz
ResponderEliminarsaludos
Sencillamente hermoso, es una historia preciosa deliciosamente relatada y con una música preciosa, nuevamente me habéis enamorado amigas
ResponderEliminarBesos desde LAS COSITAS DEL RINCON DE DOLORES
Es que nadie espera a nadie para siempre... Y buena prueba de ello son las palabras del poema. Un besazo.
ResponderEliminarhttp://romanticasantiaguina.blogspot.com/2012/06/amor-urbano-musicalizado-por-el-blog-mi.html
ResponderEliminar