Aquí puedes oír la grabación, mientras lo lees.
En las riberas del alma
By Mara Romero Torres
En las riberas del alma
queda un mar de palabras enamoradas
naufragando en la galaxia de besos
abandonados
a su suerte.
El amor y el dolor de una vida que se trunca,
cercenando las entrañas de la propia vida,
avanzan en las mareas de la fragua salina
donde el escozor de una lágrima nos acerca
al origen del mar.
La noche queda postrada
ante la locura del héroe que sabe morir de amor,
mientras la jauría humana lo empuja a ir contracorriente,
y en las simas de un tormento hecho raíces
hace sabio el pensamiento.
Queda el mar en la magia de un principio
que nunca se perderá en el ocaso,
aunque los ojos se vuelvan vidriosos
y parezcan perforadas las aletas de bucear abismos.
Avanzando en constancia segura
y dejando huellas de amor
va el heredero de un mundo resistente al ostracismo
existiendo sobre el vasallaje de los lacayos del miedo
que vanamente se obstinan
en cambiar las escamas de los peces de colores.
Y en la oscuridad de un mar hecho de cielo,
recibe el gesto germinado
la Eva enamorada que va pariendo los tiempos
en las riberas del alma.
Poema XXIX, "Pañuelos de La Alhambra"
©Copyright Mara Romero Torres
By Mara Romero Torres
En las riberas del alma
queda un mar de palabras enamoradas
naufragando en la galaxia de besos
abandonados
a su suerte.
El amor y el dolor de una vida que se trunca,
cercenando las entrañas de la propia vida,
avanzan en las mareas de la fragua salina
donde el escozor de una lágrima nos acerca
al origen del mar.
La noche queda postrada
ante la locura del héroe que sabe morir de amor,
mientras la jauría humana lo empuja a ir contracorriente,
y en las simas de un tormento hecho raíces
hace sabio el pensamiento.
Queda el mar en la magia de un principio
que nunca se perderá en el ocaso,
aunque los ojos se vuelvan vidriosos
y parezcan perforadas las aletas de bucear abismos.
Avanzando en constancia segura
y dejando huellas de amor
va el heredero de un mundo resistente al ostracismo
existiendo sobre el vasallaje de los lacayos del miedo
que vanamente se obstinan
en cambiar las escamas de los peces de colores.
Y en la oscuridad de un mar hecho de cielo,
recibe el gesto germinado
la Eva enamorada que va pariendo los tiempos
en las riberas del alma.
Poema XXIX, "Pañuelos de La Alhambra"
©Copyright Mara Romero Torres
Precioso poema y bellísima interpretación. Gracias!
ResponderEliminarHermana, todo mi cariño para vosotras.
EliminarAbrazotes.
Wouwwwww!!!
ResponderEliminarQué poemazo!!!!
Preciosos versos!!!
Y como siempre, el alma de la voz y la música, para realzar más y más!!!!
Besosssss y linda semana!!!!
Mi linda amiga... Cómo te extrañaba...
EliminarUn fuerte abrazo.
En la ribera del alma, Beatriz, me doy cuenta que me estás acomodando a leer por mi con una doble ventaja: no tengo que seleccionar lectura alguna y ni siquiera tengo la necesidad de mantener los ojos abiertos para una lectura impecable. ¡Qué mal me acostumbras!
ResponderEliminarSonrío halagada... y es que... te tengo que querer!
EliminarGracias amigo.
Un abrazo.
Que delicia de poema, y que dulce tu voz al recitarlo. Sin dudarlo regalas momentos mágicos.
ResponderEliminarUn saludo.
Me fascina esta manera de atravesar el alma con palabras y momentos cotidianos. Solo quien tiene alma y armas de poeta es capaz de hilvanar las sensaciones y los sentimientos de manera que pareciendo sencillos se revelen, a la para, tan profundos.
ResponderEliminarAhora, voy a escucharlo y a recrearme. No sería justo para Mara hacerlo al revés, pues soy consciente de que cualquier texto podría parecer sublime en tu voz.
Un fuerte abrazo.
PD: Beatriz, como madre de estudiante universitaria desplazada, anduve deshaciendo casas...ains...No sabes cuánto echaba de menos estos placenteros minutos.
Bellisimo poema de Mara!! Y tu voz Beatriz acaricia!
ResponderEliminarBesos y se feliz!
Hola mi querida Beatriz...volver al blog es un placer luego de una ausencia prolongada...es hermoso este poema y tu interpretación siempre prolija y genial. Recibe un fuerte abrazo.
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