EL ABUELO
By Amaya Martín
By Amaya Martín
Era de ojos verdes
de postura enhiesta.
Llevaba chaleco, bastón y sombrero,
Llevaba chaleco, bastón y sombrero,
y un pañuelo al
cuello de franela o seda.
Cruzaba la calle más ancho que largo,
Cruzaba la calle más ancho que largo,
cosa que
ponía a mi abuela negra.
Hace ocho años que ya no me espera
Hace ocho años que ya no me espera
como
hacía siempre con la puerta abierta...,
las
mejillas rojas, el puro en la boca,
la
sonrisa puesta.
Se marchó un mal día, un mal día de invierno
Se marchó un mal día, un mal día de invierno
de
aquella mi tierra cuando estaba lejos,
tan
lejos de él, de mi tierra amada
de su
luz serena. Caballero noble
con más
Don que Din.. lo pagaba todo
y no pudo en cambio pagarse su entierro.
De música y libros, del hombre y su esencia
sabía bastante y a pesar de ello nunca le escuché
y no pudo en cambio pagarse su entierro.
De música y libros, del hombre y su esencia
sabía bastante y a pesar de ello nunca le escuché
mal
decir de nadie . Hoy estás conmigo
¡Sangre
de mi sangre!
...Y no
andarán mis pasos entre los cipreses
hasta
que un buen día, mis pasos se marchen.
Haremos camino sin mediar palabra,
Haremos camino sin mediar palabra,
así como
antes. Y será el calor
de tu
mano amable... y será el color
de tus
ojos verdes, verdes esperanza,
lo que
me recuerde... que ya estoy en casa.
Amaya
Martín
20 de
febrero del 2012
Hola Beatriz, aquí estoy escuchando tu voz mientras leo este poema de Amaya a su abuelo. Un abuelo de lujo, auténtico, como los de antes.
ResponderEliminarUn gran beso para las dos.
Entrañable sentimiento unido a los recuerdos que moviliza profundas emociones. Bello poema. Un reconocimiento de corazón conmovido a Beatriz, porque todo es dulce y emotivo en su voz y otro para el autor del poema.¡Gracias!
ResponderEliminarA través de tu ventana y de este enternecer poema, veo a mi abuelo Bruno, tan amable, tan cariñoso, tan generoso, tan buena gente. Gracias a las dos por estos recuerdos.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Un bello y tierno poema que me ha hecho recordar a mi abuelo.
ResponderEliminarUn beso para las dos.
Puro sentimiento y cariño para alguien que ya no está.
ResponderEliminarBuena elección, Beatriz.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Amaya, qué recuerdos. Si, como los de antes. Y recuerdo, ( niña),
ver unas bigoteras pues serían de telas que se ponían por la noche para
mantener el bigote tieso. También nuestros abuelos fueron coquetos, eh?
Bonitos recuerdos. Gracias Amaya, gracias Beatriz.
Se echa mucho de menos a las personas que nos faltan, pero ellos querrían que les recordáramos desde aquí.
ResponderEliminarUn besazo.
Felicito a Amaya por tan precioso homenaje a su abuelo. Y a vosotras Beatriz y Ruth por enseñarnos tan hermosa escritora y dar vida a tan precioso escrito.
ResponderEliminarBesos a las tres. Rosa.
Beatriz, llego hasta este espacio sereno a devolverte la visita a Pueblo poeta.
ResponderEliminarMe quedo en tu casa dispuesta a disfrutar en ella.
Transmite mi enhorabuena a Amaya por su buen hacer y por la sensibilidad de sus letras. Realmente es un poema precioso y lleno de sentimientos.
Un beso desde Pueblo poeta.
Evocar a los abuelos me trasporta a mi niñez...la poesia es preciosa llena de amor
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda son la pieza mas importante de la sociedad y creo que a dia de hoy no se les valora como se merecen. Son nuestra historia y deberian ser tambien nuestro presente.
ResponderEliminarBeatriz espero todo siga bien no , mejor , jejej.
Muchos besos. cuidate mucho .manu
Uno no tiene una aténtica noción de la verdadera importancia de un abuelo hasta que no ha pasado el tiempo. Han pasado varias décadas desde que el mío no está. Sin embargo, aún siento el calorcito de sus pantalones de pana color tabaco en las frías mañanas de invierno, cuando antes de partir hacia el colegio yo me sentaba sobre sus rodillas; y si cierro los ojos, puedo, incluso, verme con mis piernecillas canijas colgando. Y si miro en mi interior, ahí está, enseñándome sin que yo tuviera noción del valioso maestro en valores que tuve. De su cabal hombría, de su coherencia, de su generosidad, de tantas cosas... Por eso, entiendo a Amaya. Entiendo su cariño, su justo, sentido y emocionado homenaje. Y, también, como ella, confío en que un día, mi abuelo y yo volveremos a encontrarnos y, entonces, como dice ella, sentiré que he vuelto a casa.
ResponderEliminarUn afuerte y cálido abrazo
Querida Beatriz, me ha gustado muchísimo este poema dedicado al abuelo. El mío me enseñó a andar cuando empezaba a sostenerme, después cuando era jovencita y él era anciano, nos dábamos la mano y caminábamos tanto y tan lejos que mi madre siempre andaba buscándonos. ¡Cuánto he bailado con mi abuelo!, un hombre que conservó la alegría de vivir hasta el final a pesar de las adversidades que sufrió.
ResponderEliminarUn beso para ti, para la autora y para todos los seguidores.
Gracias Beatriz...desde el corazón. No sabía nada de ésto hasta ahora. Estoy emocionada, no sabes cuanto..sobre todo porque este poema lo escribí con el corazón en la mano a una de las personas más importantes de mi vida a la que ya no puede darle más que mis versos
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti y para todos
Hola Amaya:
EliminarFue un placer realizar esta grabación, en serio.
Gracias a ti por expresarte tan bellamente.
Un fuerte abrazo.
Esos abuelos que tanto nos dejan. Un amor incondicional y ejemplos de vida. Bello poema. Parte de tu historia rica.
ResponderEliminarMuchas gracias Nerina.
EliminarUn fuerte abrazo
He entrado tras Amaya y, ya en el comienzo, tropiezo con un -pequeño- error
ResponderEliminarPONES: "Puedes leer la grabación mientras lees el texto"
ENTIENDO QUE ES: "Puedes OIR la grabación mientras lees el texto"
Soy una correctora frustrada ¡parece!
PAQUITA -ahora leo el texto-
Querida Paquita,
Eliminarno sabes cómo agradezco las correcciones, en serio.
Muchas graciassssss
Bonito, el poema y tu recreación.
ResponderEliminarPAQUITA
Gracias...
EliminarEmocionante, trascendente y esperanzador poema... La vida no se acaba nunca y las sentidas palabras de Amaya notando a su abuelo a su lado, esperándola, aquí y allí, para ir "a casa" son todo un tratado vital de metafísica. El calor y el color, la vibración que pone tu voz, Beatriz, le da el mejor tono posible a este poema, el que merece. Enhorabuena a las dos con mi admiración.
ResponderEliminarHa sido una delicia escuchar este hermoso poema de Amaya, dedicado a su abuelo, en ésta tu cálida voz, tan llena de matices.
ResponderEliminarFelicitaciones a ambas.
Abrazos grandes