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miércoles, 13 de julio de 2011

Julio César Carranza - Bendito sean los tiempos




Benditos sean los tiempos

cuando aún se escuchaba
la noche dócil de los pájaros
y el susurro resplandeciente
de las verdes ramas en su cantar.

Benditos sean los tiempos
en que yo aún no decía nada
y de lo que he sido era más.

Benditos sean los tiempos
en que aún creía en el oro cegado de los duendes
y crecía en la hora del rezo
la sombra de mi madre
y los ojos que no lloran más;
por eso amo la siembra
la noche y su puñal de hielo,
la tentación de siempre.


Benditos sean mis sueños
en las bancas de los parques
los dedos, la roca
la soledad compartida con los muertos
el río desnudo que dormitaba en tu falda
eran serenas entonces tus primaveras.


Benditos sean los niños
y sus juegos de jueces de los abismos.
Benditos sean tu padre y tu madre
tanto como mi padre y mi madre
los hastiados prados de perfumes nuevos
la tierra de Náhualts y Quichés.

Bendita sea la luz que conmueve
y benditos sean los ojos
que aun encuentran sentido para ver.



Julio César Carranza
Lima, Peru

http://sombrasdefuego.blogspot.com/2011/06/bendito-sean-los-tiempos.html

6 comentarios:

  1. no te lo creerás, pero estaba pendiente de conseguir el momento ideal para conectarme con tu blog y ....olvidarme de todo.

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  2. Beatriz amiga:

    Excelente selección que haces con este texto del poeta Julio César Carranza. Un gusto leerlo.

    Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,

    Frank Ruffino.

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  3. Ola! pues acabo de ver tu comentario en mi entrada pasada... pues sii claro que puedes... firmalo como mariajO o como luz y oscuridad... a tu eleccion y gracias =)

    bonito blog y bonita entrada x cierto =)

    bsS**

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  4. Me quedo con el último verso -difícil elegir uno śolo- pero espero que los ojos nunca pierdan el sentido para ver... Felicitaciones a Julio Cesar, Bea y Ruth !!!

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  5. Gracias Beatriz por esta bella lectura. En realidad, la lectura que tu haces engrandece estos humildes versos. Dios te dio un don maravilloso: darle vida a las cosas que parecen marchitas.


    Un abrazo

    Que Jehova Dios te bendiga siempre.

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Beatriz Salas Escarpa