A mi buena amiga Paola.
Hace tiempo que tengo en mente dedicarle una entrada. Ella siempre está cerquita, siempre, siempre, puedo contar con ella y desde hace muchos años, más de 12, mantenemos un respeto y un cariño envidiable. Hoy mi homenaje es para ella y para todos las mujeres, amigas o no, que después de los 50, nos planteamos tantas y tantas cosas sin darnos cuenta que... somos maravillosas precisamente por tener esa edad y haberla vivido!
Puedes leer el texto mientras escuchas la grabación.
Dicen que a cierta
Dicen que a cierta edad las mujeres nos
hacemos invisibles,
que nuestro protagonismo
en la escena de la vida declina
y que nos volvemos inexistentes
para un mundo en el que solo cabe
"el ímpetu de los años jóvenes".
Descubrí que no soy una
princesa de cuento de hadas,
descubrí al ser humano que sencillamente soy, con
sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo
permitirme el lujo de no ser perfecta,
de estar llena de defectos, de tener
debilidades, de equivocarme,
de hacer cosas indebidas, de no responder a
las expectativas de los demás.
Yo no sé si me habré
vuelto invisible para el mundo, es muy probable,
pero nunca fui tan consciente
de mi existencia como ahora, nunca me sentí tan protagonista de mi vida,
y
nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia.
Y a pesar de ello
quererme mucho.
Busco a la que fui, sonrío
a la que soy.
Me alegro del camino
andado, asumo mis contradicciones.
Siento que debo
saludar a la joven que fui con cariño, pero dejarla a un lado porque ahora me
estorba.
Su
mundo de ilusiones y fantasías, ya no me interesa.
¡Que bien vivir sin poner el listón tan
alto!
¡Que bien no sentir ese desasosiego
permanente que produce correr tras los sueños!
La vida es tan corta y el
oficio de vivirla es tan difícil
que cuando uno comienza a
prenderlo, ya hay que morirse!
Anónimo
¡Enhorabuena Beatriz por la existencia de esa amistad tan cercana y preciada, por esas palabras tan hermosas que le dedicas, por esa cualidad humana tan tuya, por hacer de la edad algo bello, un reto y no algo pesado y molesto!.
ResponderEliminarFelicidades a las tres, a ti, a Ruth por tan hermosa música y a Paola, para que siempre esté junto a ti.
Besos. Rosa.
Me ha encantado, pero con esto queréis decir que a los 50 una mujer se vuelve invisible para el mundo y que el protagonismo baja. Yo no estoy de acuerdo en esto, yo creo que al llegar a esa edad las personas somos las mismas que cuando teníamos 5 años, sólo que con más madurez y mayor conocimiento. Un beso!
ResponderEliminarMe siento identificada con el mensaje de este texto... que gana en matices con tu modulada voz, Beatriz. Gracias.
ResponderEliminarUn saludo cordial,
Celia
Aquí dejo un beso...con sabor después de los benditos 50 jajajaja!!
ResponderEliminarBuenísima la entrada, bello el texto.
Invisibles?
Sí, para un apartado de la costumbre, donde sólo los jóvenes llevan banderas,pero cada día más visibles para nosotras mismas, en este oficio tan difícil, como el vivir, con nuestro caudal de años dejando estela de nuestros pasos...
Tengo un caudal de haber sido
un pretérito abotagado de tiempo
Navegando juntos por las horas
deshojamos las minucias de los segundos
Se ensancha como el horizonte
me resta en cada sol tras su colina
No le hablo de nuestra muerte
pero me muere de a poquito
como el lucero del alba
y las hojas de los arboles
dorando mansas la tierra
Él persigue mi totalidad trajeado de olvido
Yo me empeño en olvidarlo armando sueños
Hostiles en secreto pero día a día más cercanos
nuestros pasos se confunden en la bruma
de aquellas mil y una preguntas
en las que no acerté contar mi historia.
Besossssss grandototes!!!!
Nos traen un buen puñado de verdades, Beatriz y Ruth.
ResponderEliminarTexto, voz y música... un regalo.
¿Nos volvemos invisibles?
En la manifestación del otro día, por cada joven había más de 50 mujeres maduras defendiendo los derechos de sus hijos y nietos.
Nuestra voz es fundamental, hoy más que nunca.
Dos abrazos grandes.
...Y ya no podía esperar más tiempo, satisfecho de oír tu voz , ahora voy a escuchar el poema....
ResponderEliminarNo conozco a Paola, pero le has hecho un lindo homenaje, seguro que se siente muy halagada y querida por ti. la amistad es uno de los mejores regalos de la vida.
ResponderEliminarBesos a ambas
Una reflexión muy atinada a la que no se puede llegar por ciencia infusa, sino a base de tropiezos y levantadas.
ResponderEliminarBesos
Me encanta ver cuando se destaca la amistad, cuando se dedican unas letras al más puro de los sentimientos.
ResponderEliminarMe encanta el regalo que le dejas a Paola, como siempre tu sensibilidad, tu voz y esa música que escoge Ruth.
Un texto lleno de reflexión y sabiduría, pero discrepo en algo, la fantasía a mi no hay quién me la quite mujer, que me da un sepelepe, jaaaaaaa.
Mi querida Beatriz, un abrazo inmenso y otro a Paola con mis felicitaciones por tan linda amistad, a Ruth y a la vida, esa que nos enseña cada día y nos sonríe, cuando se cumplen los cincuenta.
A las mujeres nos pasa como a los vinos que con la edad vamos adquiriendo solera.
ResponderEliminarTODOS DEBEMOS CUMPLIR CON LAS ETAPAS QUE NOS OFREZCA LA VIDA. LINDO HOMENAJE.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Hermosas palabras para las mujeres con experiencia. Abrazos
ResponderEliminarQue bonito Beatriz... precioso...si no te importa me la copio para enseñársela a mi madre ok?.... precioso homenaje a esa etapa de la vida..ojala yo lo vea así...
ResponderEliminarUn beso muy grande
Belén.-
Bella dedicatoria a tu amiga.
ResponderEliminary pensar que dentro de unos dias yo cumplo 60...
Beatriz, te saludo desde un blog nuevo.
Es un placer escuchar tu voz realzando los textos.
Recibe un abrazo.
Anna Jorba Ricart
Bueno amiga...y ahí me apunto con los pasaditos de los cincuenta...claro que todavía no me siento invisible...creo que mi visibilidad se acrecienta al menos para mis hijas y amigos...será porque mi espíritu sigue inquieto y canta junto a la juventud de mis hijas...será porque mi pasado con sus experiencia se hace mas visible y puedo servir de faro para otras generaciones...será porque simplemente sonrío y coqueteo con la vida y a pesar de mis errores, caídas y levantadas...soy benévola conmigo misma y estoy en completa comunión con mi sombra.
ResponderEliminarAhora...me siento bien así...cincuentona... sin alterar ni poner el listón muy alto...como tu dices...y es tan cierto de que la vida es tan corta que cuando estamos en lo mas alto de nuestra sabiduría y experiencia tenemos que armar el equipaje y desaparecer del todo ¡La vida no es mas que un sueño... una ilusión !
Precioso texto y excelente reflexión...como siempre. Un abrazo inmenso para ti querida Beatriz que siempre brillaras mas allá de los cincuenta.
abrazos a montón .
mmm...Yo estoy a un paso de cumplir mis 50 y veo con agrado que alguien más declara que el quererse a toda edad, con todas sus vicisitudes y conflictos varios, es más que necesario, como digo yo:es urgente. La aceptacion a toda edad es precisa, pero creo que ahora lo es mucho más.
ResponderEliminarEsta es una bella edad.
Precioso texto, bella música la de Rut, y tu voz dulce y madura, querida Beatriz, complementa aún más la idea del texto.
Felicidades a las tres! OTRO ESTUPENDO TRÍO.
Hola amiga yo me identifico un poco con lo que cuentas en el texto. Un beso para las dos y feliz verano.
ResponderEliminarHola bello texto y hermoso en tu voz....
ResponderEliminarme identifico con el solo que NO SOY INVISBLE.... como te decia en el face
tenemos en la piel el color dorado del otoño y en la mirada el brillo de muchos rayos que hemos visto y disfrutado :D
besotes hermosa.
Hola Beatriz, estos dias estoy de obras y apenas entro, ya me disculparas.
ResponderEliminarEl escrito es muy bueno...y si, somos trasparentes, pero llega un dia que da igual...mientras una se sienta bien consigo misma
Un abrazo
Buenos días a todos los que habéis dejado vuestra huella en estos comentarios. Hoy tengo un poquito más de tiempo y me he sentado a disfrutar de vuestras respuestas, vuestros pensamientos, la manera deliciosa de implicaros razonando. Me emociona saber que os gusta, que seguís al pie del cañón las entradas y os doy las gracias desde mi conmovido corazón.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo agradecido, queridos amigos.
Sentirse invisible arrastra una condena..en un mundo visual el que no encuentra su lugar la arregla con decir que es invisible..a mi me caen muy mal estos pensamientos pesimistas y que no encuentran su camino y le echan la culpa a otros u otras cosas. La falla esta en los cimientos por eso se desmoronan las casas...y los sueños no existen...porque no tienen sustento..aunque sea lindo soñar.
ResponderEliminarEn un comentario muy buena la poesía de Gizela..elocuente y fugaz..con un punto de encuentro y fuga.. con la verdad y la verdadera experiencia.
Saludos desde el sur
me ha ¡¡encantado!! tu texto, desde que cumpli los cincuenta, si me siento un poco imvisible ¡¡en fin!!
EliminarEl comentario anterior es anónimo pero es mio...Disculpen el error
ResponderEliminarInvisible o no aquí estoy... invencible, seguro que no, pero aún siento... casi o mas que cuando era una adolescente, aún tengo ganas de crecer, de vivir... de amar¡¡¡... esto último, ya no se si tanto como una quinceañera jajajaa pero no lo cambiaría xD:)
ResponderEliminarGracias Beatriz por compartir sueños...que casualidad...entre otras muchas cosas...a mi me encanta Soñar¡¡¡¡
Un bs❤`*•.¸¸●❤`*•.¸¸●❤`*•.¸¸●❤Zul
Me encantó este tema. Pero había un problema que mis comentarios, no salían. ¡Seguro que están en el "limbo" del ordenador!
ResponderEliminarNo contestaré igual, 1º pq me gusta contestar sin leer comentarios anteriores... Ahora ya los he leído, porque el tema, repito ¡me llenó!.
Y los comentarios más... Gracias.
Sólo doy una pequeña opinión: no debemos hacer caso de la opinión de los demás, de cómo nos ven... Tenemos que ser nosotras mismas, las mismas que fuimos niña, porque nunca dejaremos de ser niñas, noo, nunca. Sólo que en diferentes estapas. Es más mucho mas ricas por nuestra experiencia, esa universidad que es la ¡vida misma!
No miremos hacia atrás, ni en salud, ni en enfermedad. Nuestra mente es la misma ¡esa no varía! si nosotras queremos.
Siempre recuerdo, con cariño, cuando mi padre le decía a mi madre ¿si parece una niña chica? por las ocurrencias del momento... ¿por qué se va a cambiar? Cambia el físico, pero sería una riqueza conservar nuestra mente de niña. Así siempre seremos jóvenes.
Gracias a las tres por el estupendo tema.