By Susana Guzner
Me volví, fui hacia la puerta y estaba a punto de abrirla cuando me detuve en seco con la mano en el picaporte. Sentía el latido de mi corazón en las sienes, en el pecho, en el cuello, en las muñecas y hasta en las ingles. Algo muy fuerte me impedía regresar a la mesa. Eva se estaría preguntando qué diablos paraba conmigo, encerrada en un lavabo tanto tiempo, qué mujer tan rara, va de un estado a otro como una veleta enloquecida, y parecía tan alegre, tan desenvuelta... O tal vez no se estaba preguntando nada y todo eran figuraciones mías. Seguramente eran sus propios asuntos los que le entretenían el pensamiento.
Volví sobre mis pasos, me planté otra vez frente
al enorme espejo sujeto por un recargado
marco de madera rococó y me encaré con
energía.
-Veamos, María, guapa… ¿Qué te está pasando?
Me quedé contemplando mi gesto de interrogación
congelado como si esperara que mi propia imagen cobrase vida propia y
respondiera como una pitonisa. Estaba literalmente paralizada.
-Venga, piensa, recapacita,
te estás comportando como una esquizofrénica -le conminé a mi reflejo-, esto no
es normal en ti.
Y es verdad. Por lo que sé de
mí misma o como los demás me definen, suelo ser de carácter más bien calmo y
equilibrado, sin grandes altibajos dramáticos. Es más, las personas explosivas
y desmesuradas en sus emociones me incordian bastante y la mayoría de las veces
me siento incómoda frente a esos arrebatos tan fulminantes como efímeros que
dislocan en un instante la situación, como quien coge justamente el bote de
tomates que sirve de apoyo y desbaratan con estrépito la torre cuidadosamente
construida. “Tú eres pasional, no
apasionada
-suele decirme Silvia-: O sea, tu estado de pasión es
permanente, aunque logras controlar los estallidos. Eres del tipo mental, nena,
porque le temes a tu propio corazón.”
Cierto, lo admito. Porque cuando mi corazón
habla no hay ecuanimidad posible ni deseada. Pierdo la compostura y el desastre
se apodera de mí sin ceder a la piedad.
Susana Guzner
El corazón carece de raciocinio. Se deja llevar absolutamente por impulsos y cuando se trata de reaccionar estando enamorado, mucho más.
ResponderEliminarUn bello retazo con mucha plasticidad que refleja perfectamente el estado emocional del que trata.
Muchas felicidades a las tres.
Besos!
Hace bastantes años leí "La insensata geometría del amor". Me sentí tan identificada, tan fascinada y tan conmovida por la lectura de tan inusitado libro que lo releí varias veces, lo recomendé y he hecho algún que otro comentario en Internet sobre él. Me encantaría que alguien escribiera un guión basado en esta obra porque Susana Guzner es una maestra en la descripción de situaciones emocionales, creando cierto suspense en los acontecimientos que se van sucediendo y relatando, como muy pocas escritoras saben hacerlo, los sentimientos encontrados que se viven, se sienten y se piensan cuando el amor o algo parecido a él asoma a nuestra puerta y no siempre tenemos el valor de abrirla, máxime cuando es un amor presunta y políticamente incorrecto... o eso dicen... Gracias Beatriz por difundir la obra de Susana Guzner. En THEMCELVEZ (http://themcelvez.blogspot.com.es) hace ya tiempo intento hacer lo propio.
ResponderEliminarUn abrazo virtual.
Muy bello retrato del corazón que no mide con centímetros, ni metros, ni Km
ResponderEliminarSus medidas son especiales latidos, muy de cada quien, diferentes en cada quien, pero siempre hermosos y con el sinónimo de vivir acompañando cada emoción
Muy bello!!!!
Besosssss a las tres artistas!!!!
¡Oh, el amor; siempre haciendo estragos en el corazón!
ResponderEliminarBesos
Beatriz:
ResponderEliminarpodría decir que esta historia reflexión es un momento de esos en los que el ser humano se confronta a sí mismo y busca encontrar una explicación de sus actos o de su comportamiento e, incluso, de sus pensamientos.
Muy interesante este extracto del libro de Susana Guzner. Tu voz es magnifica...me parece que la música de fondo no debería tener voz pues distrae y, en mi caso, me hace perder el hilo de lo que tú lees. Hago esta sugerencia con el debido respeto que tanto tú como Ruth me merecen.
Un abrazo.
Precioso.(...tú eres pasional, no apasionada...)
ResponderEliminarFelicitaciones.
buena semana, bss
Realmente es así, el amor es 100% insensato, incoherente, irracional... altera y distorsiona nuestro estado habitual, que ni nosotros mismos lo podemos entender mucho menos controlar.
ResponderEliminarExcelente enfoque!
Felicitaciones a la autora y a ti Beatriz por dar vida al relato con tu bella voz.
Abrazos alados para ambas.
El corazón cuando el amor se apodera de el es imparable... precioso texto y preciosa voz... vamos yo me quedo maravillada cuando escucho estas letras....
ResponderEliminarFelicidades a la autora y a ti Beatriz me quito el sombrero...
Un beso enorme
Belen.-
Desde lo mas hondo del sentimiento .Bravo!!!!!!!!!!!Beatriz como siempre maravillosa.
ResponderEliminarUn bello relato, feliz semana amiga Beatriz besosss
ResponderEliminarel escrito demuestra que a algunos la pasión nos domina sin dar razones, es esa parte maravillosa de ser humanos imperfectos, esos que en el fondo sentimos la vida a flor de piel...
ResponderEliminary tu voz que tiene el tono de mi sensibilidad en este maravilloso relato, saludos amigas
El corazon es asi, solo sabe sentir, no medir.
ResponderEliminarFelicidades a la autora, es muy bello el texto.
Y felicidades a ti Beatriz, esa voz lo va relatando maravillosamente.
Abrazos.
Muy bello texto!! Un abrazo inmenso a las tres que en su conjunto nos deleitan con este hermoso regalo.
ResponderEliminarMuy interesante, me lo apunto para leer.
ResponderEliminarUn abrazo
:)
Lo que la razón calla, lo grita el corazón...
ResponderEliminarEl amor es inexplicable...simplemente llega y se queda...es ciego y es audaz.
Viva el amor!!!
Una prosa con mucha expectativa lo que lo hace mas interesante...me ha gustado mucho y con tu voz Beatriz ...todo un encanto...
Felicitación a las tres autoras de esta entrada.
abrazos