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lunes, 22 de octubre de 2012

Hoy abro debate de la mano de Francisco Espada



Mis queridos amigos,
las circunstancias están dando un giro a mi blog porque no quiero dejar de publicar (por traslado, estoy pendiente de tener el estudio preparado para grabar). Y mientras, intimo con vosotros, os cuento mis sentimientos y cambios y por qué no, hoy planteo este interesante tema que me ha dejado Francisco en las respuestas de ayer. He pensado contestar en alto, permitiendo darle visión en una nueva entrada, para que entre todas las opiniones aprendamos. Sí, yo aprendo de lo que decís, de lo que planteáis, de lo que nunca hubiera imaginado y leyendo abro los ojos entusiasmada.

  Me agrada estar contigo en estos momentos de intimidad, Beatriz. Pero me surge una reflexión  
 al hilo de lo que comentas. Últimamente, la mayoría de las personas deciden ser incineradas      
 cuando les llegue el sueño eterno, con lo que borran toda huella terrena de su existencia; 
 por otra parte, los escritores entregan sus originales mecanografiados y ahora ni siquiera  en
 soporte de papel, sino en un CD o pen-drive.
 ¿Qué testimonio estamos dejando para los estudios futuros?
 ¿No estaremos dejando el campo de la investigación yermo?
 Trasmite a tus amigos mi pesar por tan sensible pérdida.
 Un fuerte abrazo

Mi querido Francisco, me ha gustado tanto tu reflexión que pretendo recabar qué piensan los demás. Verás, yo estudié historia, he trabajado catalogando fotografías (memoria fotográfica) desde sus inicios en el siglo XX, me interesa sobre todo la Cultura Sumeria... por lo que la "Memoria Histórica" es importante para mí, pero... No te parece que somos demasiados para preocuparnos por eso? La superpoblación está haciendo que  surjan nuevos hábitos. Yo, personalmente, creo que los seres humanos en su totalidad somos, privadamente, solo un número y en cuanto pasan dos generaciones ya quedamos en el olvido, salvo los personajes que sobresalen por una u otra causa. Son muchas las maneras que los profesionales de salvaguardar los hitos de cada época, siguen con sigilo este tema, crean soluciones para que no se deteriore, sostienen, siguen investigando, etc. para dejar testigos. 

Yo personalmente quiero que me incineren, que busquen un árbol con amplía copa que recoja en sus raíces mis restos y, a ser posible, que cerca haya un jardín porque me hace muy feliz contemplar las flores, todas las flores. 
Pediría que no se avisara a quién no me piensa con ternura y cariño, a quién yo no sienta que me lleva en su corazón y preferiría que fueran poquitas personas, las que yo supiera que me quieren porque "los queda bien", que tanto me molestan, no quiero que sean llamados.
No quiero corona de flores, nooooo, no las soporto, tan solo un ramito de flores silvestres y una música intensa. 
Estoy segura que estaré presente en la ceremonia, en el corazón de las personas que me quieran, y eso me hará muy feliz.
No tengo miedo a partir, no tengo miedo, solo quiero la autenticidad y el cariño verdadero.
Quede esto como testimonio de lo que pienso.

Bueno, un cachito más de mí.
Feliz Semana.

14 comentarios:

  1. Ponéis difícil que se pueda plasmar una reflexión a todas esas preguntas en tan poco espacio, hablar de la vida y de la muerte a la vez no es fácil, son dos conceptos antagónicos ya que para que haya vida hay que morir, esto ocurre desde que aparecen los primeros seres vivos, la muerte alimenta a la vida. Estamos en la tierra porque una estrella murió al estallar y creó otras estrellas y otros planetas y a partir de aquí la vida en la tierra hace más de 2.000 millones de años.

    Los primeros hombres (homos) aparecen en la tierra hace casi 7 millones de años, no sabían hablar, ni escribir, su religión eran el miedo a lo desconocido; sin embargo, sin necesidad de escritura, conocemos que comían (a veces unos a los otros) y como vivían; no debemos de tener miedo a lo que dejemos para el futuro, todo es acumulativo, cada generación aprende de la anterior y se suman los conocimientos, ¿donde se guardan?, antes se guardaban en los mismos huesos y dientes allá por el pleistoceno/holoceno, mas tarde en las cuevas, luego fue el papel, hoy se digitaliza, mañana, no lo se, pero estoy seguro que no se perderá nada de aquello que hayamos hecho bien, e incluso hasta mal.

    No soy un fiel creyente, quiero que me incineren y que mis cenizas se depositen bien en el mar o en alguna zona de Sierra Nevada, en dos generaciones estaré olvidado, mis cenizas seguirán ahí, bien abonado un terreno en la montaña, bien depositado en el fondo del mar y si el alma existe, estará donde tenga que estar, el cuerpo físico ya cumplió su cometido.

    Un abrazo.

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  2. Verdaderamente son temas algo complejos y sobre todo delicados, cada persona somos un mundo y nadie pensamos exactamente igual. No creo que sea cuestión de religiones creo más bien que de conceptos. Personalmente no me gustan las coronas de flores ni nada sofisticado... como bien dice Beatriz en todo caso un ramo de flores silvestres. Cuando llege mi momento personalmente prefiero descansar junto al lecho de los mios, si ese lecho está vacio tampoco me importaria que fuese incinerada creo que es lo más sensato. Nuestra esencia seguirá fluyendo en cada ser querido... estemos bien en el aire, en el mar o en un silencioso y triste cimenterio.

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  3. Uff, me caígo de la cama... y vaya temita; ¡y sin anestesia!
    Siendo muy joven y estando en una guardia nocturna, se acostumbra
    a tener más tiempo de relax, y surgen conversaciones alrededor de
    una taza de café.
    Esa noche estaba entre el equipo de guardia un estudiante de
    medicina; éste iba para forense. Y lo normal, nos explicó temas -
    de su especialidad muy interesantes. No olvidemos que la medicina
    avanzó mucho gracias a las investigaciones de ellos que dicho sea
    de paso son personas "hechas de otra pasta", y gran vocación...
    Cuando llegó al tema difunto, que se mete en el nicho o donde
    sea... decidí que me incineraran. Yo, aún no tenía 20 a.
    Lo dejo aquí, no quiero herir con temas macabros, pero reales.
    Revolví Roma con Santiago, entre las funerarias, porque hace
    tiempo no era tan fácil la incineración, aunque tú lo dejaras firmado.
    Estoy de acuerdo, con varios comentarios anteriores: no quiero
    flores ni estampitas que terminarán tiradas como la propaganda de los
    políticos.
    Y quiero terminar con una folía de mi tierra Canaria:
    "El día que yo me muera, no quiero lágrimas bobas; el cariño de
    los mios, cuando lo quiero... ¡es ahora!.

    Estupenda idea el debate. Me reprimí en el comentario por no herir.

    Gracias, Fco. Espada, gracias Beatriz

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  4. Yo tengo muy claro lo que quiero .. que me incineren.. y que mis cenizas sean esparcidas por donde he vivido siempre .. para estar ahí ..
    Aunque mi cuerpo sea solo ceniza .. estaré en el único lugar que quiero.. en el corazón de las personas que de veras me quieren ..Cuando la muerte llega a recogernos solo quedamos en el recuerdo de quién nos ha amado ..

    Un fuerte y cálido abrazo

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  5. Una vez muerto ,¡no necesito nada!. Benditos los que me han ayudado a tener mejor vida en esta vida.....Te comprendo y comparto sentimientos e ideas..
    Besos.

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  6. Sobre este tema, tendría mucho que hablar,
    Yo quiero verlo aún muy lejos y no me decidí, por un lado, tengo una enfermedad de esas que ellos, los médicos tienen catalogadas como tipo rara. Y según mi forma de pensar, como beneficio para las próximas generaciones, lo justo seria, que como yo no necesitaré ya mi cuerpo, pues lo donase a la ciencia, pero mi otro yo me dice que no le gustaría rodar de mesa en mesa pellizcado por desconocidos a los que ni tu ni tus restos les importas.
    Por otro lado me gustaría descansar al lado de los míos que tanto quiero y ellos me quieren, sin embargo si lo piensas bien si eres incinerado, también es bonito saber que mis cenizas pueden estar alrededor de la casa donde me crié en el campo, pero no me gusta el fuego. ¿Alguien me puede ayudar a decidirme? Para mi es difícil.
    Y os cuento mi experiencia con mi familia, mis abuelos están enterrados, mis padres, mi suegra, mis tíos, en resumen cinco tumbas
    Uno de mis tíos, que venia siempre a limpiar las tumbas con nosotras decía, a mi que me incineren, yo no quiero que nadie tenga la obligación de venir a limpiar aquí.
    El lo dejó todo dicho, se incineró y quiso que se esparcieran sus cenizas alrededor de su casa del campo y ese día solo las dos sobrinas que lo cuidamos, nuestros esposos y nuestros hijos, mi madre y su otro hermano asistiesen, que hiciésemos una paella en su querida era y después toda la familia esparciéramos sus cenizas, no quería flores, él decía que las flores se le pusieran en vida y así se hizo, hoy que hace ya casi tres años, cuando voy por allí, no me siento sola, siento su cariñosa compañía y sigue estando en nuestro corazón como también lo están los demás que nos faltan, la ultima en marcharse fue mi querida madre, que quiso enterrarse y descansar al lado de su amor, mi querido padre.
    A mi madre y a mi padre le gustaban mucho las flores, pero mientras estaban vivos, para disfrutarlas, después de muertos ninguno las quería.
    A mi madre la gustaba mucho escuchar las marchas de Semana Santa, que toca una banda, donde tocaba mi hijo y él le llevó esa música en su coche todo el recorrido con las ventanillas bajadas, detrás de su ataúd hasta el cementerio.
    Tristes historias las que me hiciste recordar hoy.
    A pesar de que hoy nos pusiste a hacer una tremenda y dura reflexión, te sigo queriendo y me sigue gustando tus entradas amiga.
    Te mando el mayor de mis abrazos desde
    LAS COSITAS DEL RINCON DE DOLORES

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  7. Mi estimada Beatriz:

    Los seres humanos por ser seres pensantes, volubles y emotivos, hemos tenido diferentes concepciones de la vida y la muerte, del más acá y el más allá, de la historia pasada, la del presente y nos preocupa la que dejaremos para futuras generaciones. El avance científico-técnico nos abre más posibilidades y, a veces, también, nos limita...pero esa transformación de la herramientas o medios de comunicación nos da la posibilidad no solo de intercambiar información sino de reproducirla muchas veces a una velocidad insospechada; esa información que es parte de la historia de los seres humanos de la época del internet, de los teléfonos móviles, de los Ipod y, todavía, de los libros y diarios impresos, quedará, no me cabe ninguna duda, como el registro visible para futuras generaciones las que, a su vez, continuarán desarrollando nuevas formas de hacer y transmitir la historia de su tiempo. Ese es el desarrollo dialéctico de la historia, es la evolución de un mundo que no es estático y que se mueve en muchas direcciones y con diferentes concepciones de vida. Las nuevas formas de comunicarnos o de almacenar información son tan válidas como el papel y cada cual elige cómo hacerlo, pero, repito, la historia no se perderá por eso, al contrario, tendrá más "bibliotecas" a donde acudir.
    En cuanto al tema de la cremación tengo que decir que por vivir en Suecia, uno de los países con más desarrollo en este campo, prefiero ser incinerado, por ser esto más higiénico y menos contaminante que las formas tradicionales de inhumación.
    Bien mi querida Beatríz, he querido dejar mi humilde aporte al tema y te deseo éxitos en tu nuevo lugar de residencia y, por favor, sigue publicando.
    Besos.

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  8. Bueno, yo creo que lo que plantea Francisco es una más de las contradicciones del ser humano. No sé si yo he entendido bien, pero creo que él enfoca el tema desde un punto de vista diferente no únicamente ligado al hecho de vivir o morir, si es así y no soy yo la que ha entendido mal -cosa bastante frecuente por otra parte- creo que es curioso cómo por un lado nos empeñamos en dejar constancia de nuestro paso por el mundo: mi blog, o el vuestro, en pequeña proporción, lo son. O mis cuadros, o vuestras palabras. Es curioso también cómo fotografiamos, casi cada fotograma de nuestra vida, y lo guardamos, pero no de manera tangible, sino en las entrañas de un móvil o de un ordenador. Peleamos por un minuto, un segundo de esa ansiada e gloria testimonial que luego cae en carpetas y archivos que se amontonan. Las posibilidades de repasar todo ese archivo virtual no son posibles yese es u hecho que a veces me agobia. Porque yo soy de esas personas que aman el tacto de una hoja de un libro y de los recuerdos y sentimientos que su tacto me evocan. Y soy de acariciar una fotografia en papel, y de abrir una caja de cartón que guarda amorosamente pequeñas cosas llenas igualmente de testimonios. Y me lleva a hacerme preguntas: ¿Qué pasaría si un día todo estuviera en disquetes, y al gran monstruo cibernético que los aloja se le fuera la memoria? Y sí, a mí, me aterra pensar que dentro de unos años no quede nada tangible. Y aunque deseo para mí la incineración, creo que quizá en este punto sea donde, médicamente hablando, sí se toman las medidas oportunas para que antes de que nuestro cuerpo se reduzca a cenizas, se tomen las suficientes muestras que permitan la investigación que será prueba y testimonio para el futuro; es por eso que me inquiera más la pérdida de esos otros testimonios filosóficos, artísticos y sentimentales de una civilicación entendida en la manera Antigua y Clásica. Creí haber llegado al final, palabrita, pero ahora ma acaba de asaltar otra inquietud y es qué será de todo aquello que, queramos o no, vagará eternamente por la blogosfera... Francisco, Betriz, habéis abierto mi caja de pandora...

    Abrazotes cibernéticos pero auténticos (qué contradicción...)

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  9. Veo que has centrado el tema en el después de la muerte, cosa que no me preocupa demasiado. En mi condición de creyente, creo que la muerte es un paso más de y hacia la vida y, por tanto, no la temo ni dejo instrucciones para después de, pues considero que el cuerpo es sólo el envoltorio y que hagan con él aquellos que decidan mis herederos. No me preocupa ser incinerado o enterrado de forma tradicional y, por supuesto, no quiero flores, sino dejar en ellos un buen recuerdo, como todo padre quiere dejar en sus hijos.
    No sé explicar por qué, cuando te leía, Beatriz, me asaltó la idea de los vestigios para un largo futuro y eso es lo que planteaba, pero no sólo los del hombre, sino en general por todo aquello que pueda serles de interés al estudio de quienes nos sigan mucho más adelante. Entonces me apareció ante los ojos la visita a la casa de uno de nuestros escritores: su escritorio, sus cosas personales, sus textos originales... Me acordé de la visita muchos años atrás a la casa de Cervantes en Alcalá de Henares, de la de Blasco Ibáñez en Valencia... Un manuscrito con múltiples tachaduras, enmiendas, entrelíneas que han sido objeto de estudio. Llegó la máquina de escribir y siguieron las anotaciones a mano, las correcciones, las tachaduras; pero en la actualidad también ha pasado al olvido entregar al editor el texto impreso, sino en soporte informático. Yo abriría el debate, si fuera menester y oportuno, también por este otro camino, un camino en el que ya no quedan originales. En cualquier caso, no fue mi intención provocar ninguna tertulia, sino que comenté lo que en aquel instante me surgió de forma espontánea.
    Te agradezco, Beatriz, que lo hayas utilizado para abrir este frente de diálogo tan interesante.
    Un beso

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  11. Vida e morte. Não entendemos nenhum dos dois, embora pensemos que sabemos o significado da primeira. Sempre haverá necessidade de muita discussão para se chegar a alguma conclusão. O que podemos fazer para amenizar a decepção de não entendermos nada é viver a vida e aceitar a morte, como inevitável. Ambos.
    Abraços!

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  12. Cuando muera quiero que me incineren, ya nada importa.

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  13. Hola Beatriz, Francisco y todos los presentes...vengo del tema anterior que origina esta tertulia y había escrito esto:
    - lo que queda después de la muerte es intangible...solo recuerdos, que el tiempo se encarga de borrar...solo los grandes personajes de la historia perduran a través de los siglos, pero presiento que nuestra energía se mezcla con la energía universal...allá en un campo ignoto y maravilloso...(y añado...)
    - pienso que nosotros como humanos y mortales morimos en materia y nuestra mente o energía se recicla en otras dimensiones...fuera de lo que llamamos cosmos, pues, el cosmos debido a una gran explosión, como lo demuestra la ciencia, desaparece y luego se vuelve a crear ... entonces no me preocupa de donde quedará mi envoltura, pero... si tengo que escoger para satisfacer a mi familia, diré que me incineren y esparzan mis cenizas en una montaña o en el mar.
    No quiero pensar en el futuro pues para mi el tiempo no existe y vivimos en un eterno presente...así que prefiero que mi presente sea satisfactorio... amar y que me amen...dar lo mejor de mi...compartir y que nunca me falte un proyecto...una ilusión...un beso.

    abrazo para todos.

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  14. Yo pienso como tú, amiga Beatriz...
    Solo los que me quieran y me hayan querido de verdad y flores sencillas...
    Amapolas, margaritas y campanillas, como las que cogía con mis manitas pequeñas, cuando iba con mi madre a casa de mis abuelos, en el Cigarral de Toledo...
    Solo que yo cambio el jardín de flores por un lugar lleno de niños...
    Un sitio donde se escuchen risas inocentes y palpite LA VIDA...

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Beatriz Salas Escarpa