Francisco Rodríguez - Qué queda por hacer

Conocí a Fran, como todos le llaman, casi por casualidad, en nuestra querida Escuela de Doblaje "Atril", en el otoño del año pasado. Hace poco tuve la suerte de escuchar este poema en la voz de uno de los alumnos de la actual "24 promoción" (http://www.youtube.com/watch?v=ReJ3Wb7QRr0) y me conmovió de tal manera (me hizo llorar) que pedí a su autor, me dejara grabarlo para compartirlo con todos vosotros.
A mí me hablan sus letras y espero que os guste tanto como a mí.

Qué queda por hacer

  Qué queda por hacer,
 cuando el tiempo pesa tanto que curva tu espalda,
 cuando ya sólo eres un recuerdo borroso de lo que fuiste
 y la pasión que ardía en tus ojos ya no puedes verla en el espejo.

 Qué queda por hacer sí ayer el alma era tus alas
 y hoy es el ancla que te mantiene firmemente atado a tierra,
 recordándote lo triste y sola que se siente a veces,
 porque a veces la descuidas.

 Dime, qué queda por hacer
 cuándo decides bajar los brazos y dejar de pelear, 
 cansado de algo que ni siquiera puede ser explicado,
 algo que se apodera de tu mente y que desdibuja la sonrisa de ese niño que vive en ti,
 pero que cada vez te cuesta más encontrar.

 Qué más te queda por hacer amigo mío,
 si te sientes triste, alegre, libre y encarcelado… pero todo a la vez,
 tratando de navegar a contra corriente las olas de un mar
 que hace demasiado que no está en calma.

 Qué más que nos queda por hacer?
 Qué nos queda por hacer para ser felices,
 para volver a encender una llama en las cenizas,
 para construir un castillo con los ladrillos rotos
 de las ruinas que se apilan en el corazón
 y que se clavan en el pecho igual que cien mil puñales.

 Qué nos queda por hacer cuando ya nada es blanco o negro sino gris,
 y te preguntas si cada paso que diste en el camino
 te llevó a alguna parte o por el contrario,
 solo eres un esclavo más de ese reloj que nunca para.

 Qué nos queda por hacer
 cuando la única elección posible es no elegir,
 cuando la diferencia entre estar vivo o muerto se reduce únicamente a sí tu cuerpo respira o no,
 porque aquí ni Dios responde a las preguntas del alma cuando esta llora.

 Lo único que queda por hacer es
 reír, llorar, vivir,
 sentir cada bocanada de aire invadiendo tus pulmones,
 disfrutar del viaje porque
 nadie sabe nunca cuando o dónde, puede llegar a su fin.

 Francisco Rodríguez

http://www.youtube.com/watch?v=ReJ3Wb7QRr0