Desde que llegamos a
Sevilla, Vicky marcó un antes y un después en el cuidado de nuestro Fiat porque
no he conocido nunca a nadie tan atenta, tan voluntariosa, tan magnífica
profesional como ella.
Cuando
supe que se "había tenido que ir" me quedé muda, sin saber qué decir,
intentando comprender y asimilar la información porque no me cabía en la cabeza
que alguien de su talla pudiera ser "prescindible". Hace meses de eso
y aún no puedo comprenderlo. Si me apuráis, yo hubiera hecho acampada, con
pancarta en mano y huelga de hambre inclusive para abrir los ojos de "a
quién corresponda" y vuelvan a contar, perdón, volvamos a contar, los
usuarios del concesionario Fiat de Sevilla, con tan excepcional experta. Estoy
escribiendo y me anima a hacerlo la convicción de que todos los ciudadanos de a
pie debemos empeñarnos en defender lo que creamos que es de justicia y buen
hacer porque el mar está compuesto de muchas gotas de agua y muchos de nosotros
¡Podemos cambiar las cosas!
Apuesto
por hacer una cadena en apoyo a Vicky. (Y no os riais, es la pura verdad!)
Desde que fuiste madre por primera vez, asumiste que tu persona quedaba en un segundo lugar. Fue una lección de humildad y valentía que más tarde nos enseñarías a todos, como tantas otras cosas que hemos aprendido de ti. Como por ejemplo que hasta el día más terrible parece mejor con un vaso de leche tibia y galletas, o que la comida más sencilla sabe mejor cuando la haces día tras día con mucho amor, o que las pesadillas increíblemente desaparecen con la lucecita de la habitación encendida.
A cuántas cosas no
habrás renunciado por nosotros, cuánto sacrificio no habrás llegado a hacer.
Con qué fuerzas conseguiste llevarlo todo siempre adelante, que si: mamá tengo
sueño, mamá me aburro, mamá tengo hambre, mamá, mamá, mamá… Siempre estas ahí.
De ti aprendimos que
cuando uno tropieza y no se cae, adelanta. Aprendimos que se puede perdonar
casi todo, cuando el amor está dentro de ti. La paciencia nunca fue virtud de
ninguno de nosotros, sin embargo, tú siempre la has tenido por nosotros. Tú,
siempre has sabido qué decir o qué callar para hacernos sentir mejor. Nos diste
la base para que seamos las personas que somos hoy. Tantas noches de desvelo
preocupada porque estemos bien, tantos llantos cuando nos has visto tristes,
tantas sonrisas con cada uno de nuestros logros. Incluso cuando la vida te puso
entre la espada y la pared, sacaste fuerzas para no dejarnos solos, y callaste
nuestros miedos con esperanza y valor.
No podremos jamás
compensar lo que has hecho por tu familia,
sólo decirte
¡GRACIAS MAMÁ!
Vicky Muñoz Polanco
Argandoña
Al escuchar esta agravación no he podido evitar emocionarme. Gracias a las dos por compartir. Feliz domingo.
ResponderEliminarPrecioso homenaje.
ResponderEliminarConmovedor y sentido homenaje .. Precioso!!
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Querida Beatriz, esa voz tuya que tan grabada llevo dentro de mí, esos tonos al hablar, esa pronunciación tuya...morirán conmigo, en mi almohada algún día...ahora aún me queda mucho por vivir y por disfrutar y con tu voz de fondo... haciéndome subir alto, más alto y aún más alto, donde sólo se escucha tu voz y el susurro del viento.
ResponderEliminarComo siempre, me llegas muy adentro.
Un fuerte abrazo.
Elena
Que bonito!!!
ResponderEliminarBesos.
"Tú, siempre has sabido qué decir o qué callar para hacernos sentir mejor". Creo que estas palabras de Vicky resumen, nos hacen ver y sentir con gran intensidad la palabra MADRE. Todo el poema es muy hermoso, muy sincero; una percibe de inmediato que, además de estar escrito con el corazón, se hace eco de una gran verdad. Doy las gracias a Vicky, porque hoy, día de mi cumpleaños, tras tantos años sin mi madre, sus palabras me reconfortan, me emocionan y me llevan al cálido regazo de la mía.
ResponderEliminarUn fuerte, calido y emocionado abrazo
En cuanto a esa cadena, por descontado, contad conmigo