A quienes corresponda...
Llueve mucho para unos cuántos
(unos cuántos?)
miles de miles, millones de millones, mejor dicho...
que yo ya no los cuento, no alcanzo ni puedo...
Ellos, los que quedaron al otro lado del puente
porque les dijeron que no se puede,
les dijeron que ya no hay esperanzas,
les dijeron que ya no hay motivaciones,
les dijeron que para qué,
les dijeron que el intento es vano,
que el fuego de la muerte les abrasará,
(y no sólo en las guerras declaradas)
les dijeron que hay sólo negatividad,
les dijeron que ya nadie cree en nada ni en nadie,
les dijeron que escucharán sólo blasfemias,
les hablaron de abortos y despedidas,
de claustros internos y externos,
buscando,
y hallando...
Y yo que veo cómo inunda esta lluvia espesa, mojándonos cada día y sin hacer nada, me pregunto, me pregunto tanto, y te pregunto hoy: con esos consejos, te atreverías tú a cruzar ese puente?
Darías ese paso aún?
Te cansa hablar de esto?
Te parece reiterativo y agotador,
tanto más aún en la manera de expresarlo hoy?
Mi deseo pobre (o rico, según el punto de vista)
sólo quiere árboles para llevarles frescura,
sombra, cobijo y esperanzas del verde;
libros que nos enseñen a ser mejores personas;
espíritus amplios y no dictadores!
que abran las puertas del conocimiento divino
y la comprensión del mismo;
lluvias sanadoras,
no las que anegan e inundan las poblaciones,
y hacen temblar mi alma
(porque yo estoy en mi hogar protegida y ellos no);
fusiles que disparen amor,
no que disparen a matar a su semejante;
cuerpos, sí, cuerpos que abracen,
que abracen mucho y reiteradamente...
manos que se estrechen,
corazones que se unan en afectos verdaderos,
y que sean transportes de ellos
hasta el último día de sus vidas...
Si tú me dices que sueño,
que soy ilusa,
que no vale la pena,
que no hay esperanzas,
mejor me quedo al otro lado del puente,
qué te parece...
y me ahogo en la lluvia eterna
reiterativa y agotadora
y me quemo en el fuego de la desesperanza,
que sus brasas me atrapen,
que ya no existo más.
Maritza Álvarez Vargas